“Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él; y él hará” (Salmos 37:5 RVR95).
En la vida de toda persona se presentan numerosas ocasiones en las que es necesario tomar una decisión. Algunas de estas decisiones tienen que ver con una tragedia, una crisis o algún acontecimiento que escapa a nuestro control, sin ser de tanta envergadura. Todos los días de nuestra vida nos es necesario adoptar decisiones.
La mayoría de nosotros nos mostramos ansiosos ante la necesidad de tomar una decisión, o nuestro ánimo se ve afectado por los resultados que puedan tener. Todo esto crea en nosotros un estado de ansiedad que repercute en nuestra vida intelectual, física, anímica y espiritual. Encontramos en la Palabra de Dios, no obstante, ayuda a la hora de tomar decisiones.
La Biblia nos exhorta a “deleitarnos en Jehová”, “encomendarle al Señor nuestro camino”, “confiar en él”, “esperar pacientemente en el Señor” y, además, nos asegura que Dios hace que todas las cosas ayuden a bien a sus hijos. Lo importante no son los resultados inmediatos, sino la actitud de quien toma las decisiones.
Presentemos nuestros problemas al Padre, pidámosle ayuda, confiemos en Él y no nos inquietemos por el resultado. Si obramos por amor a Dios y con plena fe en Él, quizás los resultados inmediatos no nos gusten, o quizás tarde la respuesta, pero ésta ha de llegar en el mejor momento y con el mejor provecho para nuestra vida.
Para finalizar consideremos algunas de las enseñanzas que el apóstol Pablo nos da respecto a este tema: “No os aflijáis por nada, sino presentadlo todo a Dios en oración. Pedidle, y también dadle gracias. Así Dios os dará su paz, que es más grande que todo cuanto el hombre puede comprender; y esa paz guardará vuestro corazón y vuestros pensamientos, porque estáis unidos a Cristo Jesús” (Filipenses 4:6-7 DHH).