“Do the right thing” (Haz lo correcto, en castellano) es una película del cineasta norteamericano Spike Lee estrenada en 1989. Acordarse de ella puede ayudar a recordar ciertas cosas que un cristiano debe tener como santo y seña cada vez que se levanta de la cama. En realidad, la película trata del racismo entre diversos grupos étnicos en un humilde barrio de Brooklyn, Nueva York. Si a uno se le quedó grabado el título fue porque constituye un fantástico lema para vivir. Si fuésemos capaces de elegir siempre lo correcto: 1) No seríamos humanos. 2) El mundo cambiaría a nuestro alrededor.
Pese a la primera premisa, somos llamados a intentar hacer siempre lo correcto: “Y harás lo que es justo y bueno a los ojos del Señor, para que te vaya bien, y para que entres y tomes posesión de la buena tierra que el Señor juró (que daría) a tus padres” (Deuteronomio 6:18). O, por ejemplo, en el NT, Colosenses 3:17: “Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por él”. Una invitación a seguir el lema del que hablamos, porque ¿Cómo podríamos hacer lo incorrecto en el nombre del Señor?
Nuestros pequeños egoísmos, nuestros pequeños regates a la verdad, la relajación a la hora de juzgar o pensar sobre quienes nos rodean o sobre nosotros mismos son los primeros objetivos que podemos poner en la diana para que Dios nos ayude a hacer cada vez más y mejor lo correcto.
Se trata, como aconsejaba Pablo a Timoteo, de seguir la justicia, el amor y la paz. Amén